martes, 31 de agosto de 2010

Tres maestros combativos


Socialistas vs. Radicales en Anguil en los ‘30


Norberto G. Asquini

Tras el golpe cívico-militar del 6 de septiembre de 1930 que derrocó a Hipólito Yrigoyen, los vecinos del Territorio Nacional de La Pampa pudieron volver a votar para concejales recién a fines de 1932.
Para entonces, en Anguil las posiciones políticas se habían polarizado entre dos sectores. Por un lado, se había fortalecido el radicalismo, que sería gobierno en Anguil durante toda la década del ’30. Por otro, la oposición se había organizado en torno al Partido Socialista, una corriente en ascenso dentro del territorio.

En este contexto, entre los años 1932 y 1935, los vecinos de Anguil vivieron uno de sus períodos más agitados en política. Una serie de factores sacudieron a esa pequeña sociedad en una lucha sin cuartel entre radicales y socialistas. Y en esa confrontación, el Concejo municipal, la escuela, la cooperativa agrícola y la cooperadora escolar fueron espacios públicos de disputa de las dos tendencias.
Por un lado, influyeron en esta división cuestiones locales. Tres maestros socialistas coincidieron como docentes en la Escuela 39 a comienzos de la década. Por otro, el contexto territorial y nacional agitaba los tiempos políticos. La caída de Yrigoyen en 1930 y la debacle radical llevó a que dentro de La Pampa los socialistas se organizaran para competir en las elecciones locales.

Hacia las urnas.
Modesto Aguilera, Juan de Erausquin y Cesáreo Gómez fueron los maestros que revolucionaron al pueblo. Bajo su influencia, un núcleo de vecinos se agrupó en julio de 1932 y en diciembre presentó candidatos propios para disputarle la intendencia a los radicales bajo la sigla “Trabajadores Unidos” o “Unión de Trabajadores de Anguil”. Por su parte, los radicales que no adhirieron a la línea abstencionista, se congregaron en el Comité “Leandro N. Alem”.
El 27 de noviembre los radicales realizaron un acto en la plaza pública. “No fue menor atractivo por cierto la concurrencia de las niñas de la sociedad que se plegaron en masa a la reunión”, informaba el diario Gobierno Propio. La columna partió del local del comité entonando La Marsellesa que ejecutó la banda, y la Marcha del Parque, con la bandera nacional al frente. Habló el médico José Curci, candidato a concejal, y afirmó que se debían unir las agrupaciones políticas “para evitar una posible dictadura que se presente en el panorama político del país y contra la cual se debe ir hasta el sacrificio de las vidas en la defensa de las instituciones republicanas”. Los otros oradores no fueron tan condescendientes y dejaron escapar varios ataques hacia los contendientes. Y afirmaban que los socialistas se presentaban “con la careta de Unión de Trabajadores”.


Voto a voto.
El 4 de diciembre se realizó el comicio. Los radicales ganaron por 75 votos: José Curci obtuvo 205 sufragios, Santiago Bianciotti 195, José García Casarrota 184 y Angel Carassay 185. Por la minoría ingresó el socialista De Erausquin con 130 votos.
Según publicó el diario santarroseño Gobierno Propio, de filiación radical, el lunes 12 se realizó la primera sesión en el concejo. Allí se reunieron Bianciotti, De Erausquin y Casarrota. El socialista habría ido con una “barra de hinchas” y en un momento “metió mano en bolsillo” y hubo temor de que sacara “algún elemento”. Era la plataforma socialista cuyo primer punto era un gobierno de puertas abiertas.
Poco después, el 9 de diciembre, el médico Curci renunció a su cargo, en coherencia con su postura manifestada en la Convención Territorial de los radicales del 5 de noviembre cuando había pedido que se declarara la “intransigencia revolucionaria”. Bianciotti fue designado entonces presidente municipal.
En marzo de 1933 la policía detendría a Curci luego de allanar su domicilio. Fue por un pedido del gobierno nacional por sospechar que estaba implicado en un levantamiento armado radical contra el gobierno de Justo.


Elecciones reñidas.
El 2 de abril de 1933 se votó nuevamente en 33 pueblos del Territorio. En Anguil sufragaron 324 ciudadanos y el comité de la UCR volvió a ganar por 197 a 127 sufragios.
La disputa entre radicales y socialistas fue llevada hasta el seno de las instituciones educativas. El diario santarroseño Gobierno Propio publicó el 8 de agosto que “numerosos padres” habían informado que habría una “huelga escolar” y no enviarían a sus hijos. “Se quejan dichos padres de ser insultados por los maestros de sus hijos en un diario socialista de esta capital”.
El 15 el periódico indicaba que el comité de la UCR rechazaba “por agraviante a la cultura y a la moral las publicaciones injuriosas y repudia como un atentado a la dignidad ciudadana” ante los anónimos “que de un tiempo a esta parte aparecen en esta localidad”.
Poco después, el 26 de agosto, los maestros socialistas levantarían su voz enojados contra el médico radical Curci por clausurar la escuela un día por la gripe.

Las cartas del juez.
El 25 de septiembre Gobierno Propio dio a conocer la carta que el juez de Paz, José Miguel Urcelay, le dirigió al presidente de la cooperadora escolar Patria, Hogar y Escuela, Ubaldo Herrera Mayor, en la que se quejaba porque un maestro estaba como secretario de la entidad. “Están desvirtuados los elevados propósitos de sus iniciadores”, decía Urcelay. Y protestaba por la actuación de Cesáreo Gómez, secretario de la cooperadora, que “pretende hacerla servir a sus ideales internacionalistas y como arma política”. El juez de Paz anunciaba que se retiraba y dejaba de pagar la cuota. Sería exonerado por la comisión, aunque rechazaría esa medida.
En otra carta pública, que se encuentra en el archivo de la Cooperativa anguilense, el 20 de septiembre de 1933, Urcelay manifestó que la cooperadora había sido fundada y sostenida con el apoyo de vecinos y “desvinculada de toda tendencia política”. “Debe cumplir por lo tanto tan humanitarios y elevados propósitos no permitiendo que el proselitismo político quiera utilizarla para ponerla al servicio de una política egoísta y mezquina. Los niños que concurran a la escuela en precario estado de salud debido a la deficiente alimentación nada tienen que ver con la opinión política de algunos socios que obcecados prefieren hacer política con tan benemérita y humanitaria asociación”.
“Algunos actos al margen de los estatutos, la medida arbitraria y antiestatutaria tomada contra determinados socios de la cooperadora, obedecen a propósitos de persecución política, pues no se ha convocado a una asamblea extraordinaria como correspondía y los socios que son exonerados reciben con fecha 23 de septiembre una resolución y dice que se ha tomado con fecha 20 de agosto. Se ve claramente la tendencia política que algunos educacionistas conocidos por sus ideas internacionalistas (para quienes hablar de patria significa ser reaccionarios, que sarcasmo) quieren desviar a la cooperadora de sus elevados fines”.
“¿Por qué en vez de fomentar una política de odios y enconos y rencores en este pacífico y laborioso vecindario no se llama a la unión y la concordia para que todos contribuyan al éxito de la cooperadora y esta pueda cumplir sus elevados propósitos como el comedor escolar? ¿Por qué no se termina con esa política de intriga dirigida y estimulada por quienes olvidando su condición de maestros cuyo deber es educar aún fuera de las aulas se han dedicado a las tareas de buscar discordias inconcebiles en un pueblo constitutido por hombres de trabajos?”, afirmaba Urcelay desde su perspectiva.

Maestros perseguidos.
En los meses siguientes, la disputa se volcó para el lado de los radicales, no sin ahorrar conflictos ni actos de violencia. Entre el fuego cruzado, las denuncias contra la acción de los maestros fueron hechas llegar a las autoridades de Educación de la Nación.
Para noviembre de 1933 Cesáreo Gómez fue trasladado como director a la Escuela de Colonia San Juan, a cuatro leguas de Uriburu. Según Gobierno Propio, el Consejo de Educación lo había derivado por “revoltoso”. Esta medida generaría un incidente ya que el docente tendría un cruce verbal con el médico Curci. El facultativo radicaría una denuncia en su contra y la policía lo iría a buscar al maestro a Uriburu. Después Gómez se quejaría de haber sido golpeado por los uniformados que lo detuvieron.
En abril de 1934 un visitador escolar realizó un sumario contra el vicedirector Aguilera. Poco después, De Erausquin sería trasladado a Villa Alba –hoy General San Martín–.
En las elecciones del 15 de abril de 1934 volvió a ganar la UCR con José Albertín con 219 votos y Bianciotti con 208, sobre el PS que obtuvo 87 con Joulí, que ingresaría por la minoría.
El 28 de enero de 1935 un nuevo sumario se sustanció contra Aguilera. Poco después se archivarían las actuaciones generadas por las denuncias del intendente municipal y dos vecinos por considerarlo un “agitador profesional”.

A los golpes.
El 7 de abril de 1935 los comicios para renovar concejales dieron ganadores otra vez a los radicales por 215 sufragios contra 83 del PS. Poco después, el diario La Arena denunciaría que desconocidos habían tirado doce bombas sobre la puerta del domicilio de Aguilera.
Finalmente, la violencia se manifestaría en la misma plaza del pueblo, donde Aguilera sería golpeado por “un matón de apellido Portela”. Según La Arena, el maestro salió de la escuela el sábado 18 de mayo de 1935 y fue golpeado por el radical. La crónica indicaba que el agresor le había pegado con un rebenque en cabeza y hasta quiso extraer un cuchillo. Pero el “educacionista” lo agarró con las manos ensangrentadas y luego intervinieron vecinos que lo ayudaron.
En la Cooperativa “Trabajadores Unidos” hay una carta archivada entre los libros sociales fechada el 20 de mayo de 1935 con la firma de Modesto Aguilera en la que habla de este episodio. El maestro le escribe al presidente de la Cooperativa, Everardo Gebruers: “Estimado compañero. En vista del hecho vandálico ocurrido el sábado pasado en el que fui víctima de un cobarde asalto criminal en la plaza pública, por un sujeto perteneciente a los elementos del comité del Partido Radical y no teniendo el don de pendenciero callejero, me veré obligado a ausentarme de esta localidad, único medio de tranquilizar la vida de mi familia y la mía propia, por tales causas presento a usted y por su intermedio al Directorio mi renuncia del cargo de secretario de la institución (...) insista a todos los buenos cooperativistas que luchen enteramente a sostener lo que con tanto sacrificio nos costo construir”.
En las elecciones de 1936 volvieron a ganar los radicales casi sin oposición. El 6 de abril votaron 173 ciudadanos por Félix Carassay y 172 por Bernardo Landaburu. El PS, con Salustiano Martín a la cabeza, logró apenas 31 sufragios. Este año marcaría la debacle del socialismo anguilense y desde entonces la política sólo tendría al comité de la UCR como fuerza monopólica. Sólo quedaría en pie, hasta el día de hoy, la cooperativa “Trabajadores Unidos”. Una herramienta de transformación social impulsada por los tres maestros socialistas.

(Publicado en suplemento Caldenia)

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