lunes, 1 de noviembre de 2010

Del 30 al 55: A los golpes, con la prensa


Todos los golpes militares están acompañados por la aceptación de un discurso legitimador copiado de uno a otro, denuncias de vecinos contra otros, ambigüedad y un arrepentimiento social ulterior. ¿El rol de la prensa es funcional a estas actitudes?

Jorge Etchenique

¿Era conocida en la prensa pampeana la naturaleza del golpe militar de 1930? Al menos a nivel informativo, tuvieron difusión en sus columnas las palabras de un dirigente radical, Floricel Pérez, quien expuso en una conferencia la trama con olor a petróleo que tuvo el golpe del 6 de septiembre. Tres años después, el órgano de difusión del socialismo castense, “La Voz del Pueblo”, alertó sobre la "barbarie" de fuerzas conservadoras que crean dictaduras "amanuenses de los grupos oligárquicos de la gran industria, la banca y el comercio" y para ello señaló las relaciones de poder que habían operado tras las figuras de Mussolini y Uriburu.

Aún así, lo que pasó en La Pampa un día después de ese golpe militar puede brindar un ejemplo de cómo se construye la pata civil de un movimiento militar y el papel de la prensa en ese ensamble. Prueba de ello fue la malograda “marcha sobre Santa Rosa” por parte de un numeroso grupo de radicales-provincialistas del norte territoriano, en busca de un canje: apoyo al golpe a cambio de lograr la provincia.

Luego, todos se quejaron del desvío de la finalidad originaria del levantamiento militar, lamento-sorpresa muy común transcurrido cierto tiempo desde su estallido. Más allá de esas oscilaciones, nuestro propósito es atisbar las consecuencias que provocó el primer golpe de la historia argentina en la prensa de La Pampa, para luego hacer lo propio con los dos siguientes.

Arrestados.

Si bien existieron medios que auspiciaron y luego defendieron el golpe del 6 de septiembre de 1930, caso “La Opinión” de Winifreda, la cantidad de sanciones indica que un sector de la prensa le era adversa. Queda aún un amplio margen para aquella que profesaba una ambigüedad tan típica de los sectores medios, hábitat social de esa misma prensa.

¡Qué difícil es el periodismo independiente!, debió concluir Estanislao Zúgaro, quien en 1931 sufrió uno de sus arrestos, en momentos que editaba “Unión Vecinal” en Caleufú. La acusación fue por "atentado contra el orden nacional", pues el periódico había criticado en forma muy severa al general Uriburu en pleno Estado de Sitio.

Dentro de este "clásico" prensa/justicia debe ubicarse la clausura de “La Provincia” de Santa Rosa y la detención de su director José Font, el último día de 1930. En otro gesto de poder, el gobierno provisional que surgió del 6 de septiembre presionó para que “Germinal” de Santa Rosa fuera clausurado por quince días y entonces el cargo de director pasó a ser rotativo por breves períodos dada la cuantía de las detenciones. De tal manera, Sergio López, Segundo Brizuela e Ildefonso Rodríguez se turnaron en la dirección del periódico socialista durante esa época, lo que no impidió que los tres, más A. Martínez Roca y Bernardino Aguirre, se atuvieran al rigor de las persecuciones. Pedro Fernández Acevedo también sufrió prisión, en realidad dos veces en la década del 30. En primer término, estuvo detenido e incomunicado del 20 al 24 de abril de 1931 a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. La segunda vez, el penal de la isla Martín García lo albergó en los primeros meses de 1934, junto a Floricel Pérez.

Pese a que la nómina comprendía más damnificados, a la hora de valorizar la actitud informativa de la prensa durante esa primera dictadura, la idea esperanzadora de que el gobierno militar tenía el propósito “excluyente” de terminar con la corrupción política, otro clisé de todos los golpes, fue difundido por casi todos los medios.

Confianza.

Era tal la disociación que se hacía entre las intenciones del gobierno militar y la realidad pampeana que al asumir el gobernador Gómez Palmés en 1931, depositaron una fuerte confianza en sus declaraciones provincialistas medios como “Gobierno Propio” de Santa Rosa, “La Pampa Provincia”, editado en Buenos Aires, “La Voz de Catriló”, “El Pueblo” de J.Arauz, “El Independiente” de Guatraché, “El Heraldo” de Victorica, etc.

La prensa pampeana, en su amalgama con partidos políticos o al margen de ellos, tuvo otros presos políticos por aplicación del Estado de Sitio uriburista y, en casos, por ajustes de cuentas por viejas heridas pueblerinas. Además de las ya señaladas prisiones de Estanislao Zúgaro y Pedro Fernández Acevedo, en marzo de 1933 recuperó la libertad Enrique Tejada, director de “El Tribuno” y “La Opinión” de Ing. Luiggi. Tejada había sido detenido y puesto a disposición del PEN, por denuncias formuladas por vecinos de esa localidad, otro fenómeno que recorre todos los golpes militares.

Dos meses después dejó la cárcel Carlos Wells, director del periódico “Baluarte Radical” de General Pico, tras estar entre rejas desde el 30 de enero al 19 de mayo de 1933. Lo propio sucedió en esa misma época con Antón, único responsable que encontró y detuvo la policía al allanar y clausurar el quincenario anarquista “Pampa Libre” en la misma ciudad, días después del golpe militar del 6 de setiembre de 1930.

Tras un 4 de junio.

Un renovado control y disciplinamiento social comenzó antes del golpe militar del 4 de junio de 1943 pero se potenció a partir de éste y el gobernador Miguel Duval fue quien hizo sentir esa continuidad en la prensa de La Pampa. Esta jerarquización y la regimentación de la vida social estuvo acorde con el acortamiento del arco ideológico permitido a nivel nacional y, por consiguiente, de sus posibilidades expresivas. Para ello, sus acciones tuvieron cobertura en las señales ideológicas de la gestión de Ramón Castillo, pero también del grupo militar que lo derrocó, encabezado por los generales Arturo Rawson y Pedro Ramírez.

La verticalización que impuso Duval en La Pampa no podía legitimarse inicialmente por la vía del consenso sino que debía imponerse apelando a la represión directa de las ideas. En enero de 1944, suspendió por cinco ediciones al diario socialista “1° de Mayo” de General Pico, por publicar una noticia sobre la separación de sus cátedras a tres profesores y en agosto del año anterior había hecho lo propio con el diario “Gobierno Propio”. Dos meses después le tocó el turno a “La Arena”, clausurado del 9 al 14 de octubre de 1943 por un "exceso" en la función de la prensa y por aplicación del Estado de Sitio. Esta decisión también afectó al mensuario “Principios” de Macachín, junto con la detención de su editor, Luis Castaño. Las razones expuestas fueron violar "los generosos y democráticos preceptos fijados por el Superior Gobierno de la Nación con respecto a la libertad de prensa".

El caso de “Gobierno Propio” resulta emblemático pues la clausura estaba preanunciada en una resolución anterior. En marzo de 1942, el gobernador Duval había dispuesto "amonestar seriamente” a Pedro Fernández Acevedo”, renovó la suspensión el 17 de agosto de 1943 y finalmente solicitó al Ministerio del Interior la clausura definitiva.

Es significativa la represión que se ejercía no sólo sobre la violación de alguna figura del Código Penal o disposición gubernamental sino directamente sobre las ideas, con una clara intención intimidatoria. A pedido de las autoridades nacionales, Duval envió en agosto de 1943 al Director General de Territorios Nacionales la nómina de periódicos y revistas que se editaban en el territorio, junto con un comentario sobre la ideología o tendencia del director. Precisamente, fueron informes de la División Investigaciones de la Policía del territorio los que acompañaron cada informe sobre las suspensiones de periódicos ya mencionadas. También se puso de manifiesto en la orden impartida en marzo de 1944 a un Comisario de Investigaciones para que compruebe en Guatraché las sospechas de anarquismo que recaían sobre Cesar Cucchi, propietario del periódico “El Imparcial”.

Detenido.

Meses después, un funcionario policial se trasladó al norte pampeano para apresar otra vez a Estanislao Zúgaro, el mismo personaje ya citado. La detención se produjo en Trenel el 28 de setiembre de 1944, tras lo cual fue conducido a la cárcel de Santa Rosa, pese al habeas corpus. El allanamiento de la imprenta de Zúgaro, como era de prever, tuvo por resultado el hallazgo de panfletos comunistas. Pese a la endebles de los argumentos para detener a un hombre que desde hacía más de veinte años sufría encarcelamientos por cargos copiados unos de otros, le fue cancelada la carta de ciudadanía argentina, por un aspecto que ahora había pasado al primer orden: sus antecedentes ideológicos. Para lograr su libertad tuvo que firmar una declaración donde constaba su promesa de no reincidir y donde “se arrepiente de que sus pasiones lo hayan arrastrado en ciertos momentos de su vida a profesar ideas extrañas”. Curiosamente, Zúgaro, desde “Voz Pampeana” de Trenel, había manifestado su adhesión a Juan D. Perón y Edelmiro J. Farrell en lo referente al enfrentamiento con el capital extranjero, los incentivos a la industrialización y a la promoción de leyes protectoras del trabajo.

Pese a estos desasosiegos, la decisión del gobierno militar de clausurar las elecciones comunales en todos los territorios nacionales, tomada a poco de asumir, quizás haya sido el golpe mayor para una prensa pampeana que en buena medida hacía de esas contiendas su razón de ser.

Tras un 16 de setiembre.

Las convulsiones de la última etapa del segundo mandato de Juan D. Perón tuvieron su eco partidario en La Pampa. “Curré Huaglen” fue un periódico mensual que formalmente editaba la Intervención del Distrito “Eva Perón” del Partido Peronista, pero en los hechos fue el vocero del Partido Peronista Femenino de la Provincia. Impreso en Santa Rosa y otorgando a su título la traducción de “Mujer Estrella” en lengua mapuche, en homenaje a Eva Perón. (ambas acepciones –“Curré” y “huaglen”- fueron tomadas de la “Toponimia patagónica de etimología araucana”, escrita por J.D.Perón cuando se encontraba destacado en la Patagonia con el grado de capitán).Aparecido en octubre de 1954, se hizo eco del conflicto del gobierno con la oposición, en especial la Iglesia, en una espiral de confrontaciones que tuvo su climax en el golpe del 16 de setiembre de 1955.

Tras la “Revolución Libertadora”, a la par que se produjeron algunas reapariciones -“La Vanguardia”, por ejemplo-, fueron otros los órganos sancionados y los directores que sufrieron la pérdida de la libertad. A la expropiación de diarios típicamente peronistas sucedió el decreto que prohibió toda alusión a Perón y a su movimiento en cualquiera de sus formas, lo que dio lugar a múltiples eufemismos. En La Pampa también se produjeron algunas persecuciones. Ejemplo de ello fueron las detenciones de José Matilla de “La Reforma” y Daniel Bonnin de “El Pueblo” de Quemú-Quemú. También al fracaso de la revuelta del 9 de junio de 1956 le siguieron otras privaciones, tal es el caso del arresto de Nair Facca Monge, directora del periódico peronista “Renuevo” de Santa Rosa y el secuestro de publicaciones consideradas nocivas por el Ministerio del Interior.

La prensa pampeana tampoco estuvo ausente de acontecimientos de resonancia nacional y de fuerte impacto en la política argentina. En el plano político-confesional, sectores católicos enfrentados con el peronismo en su última etapa, editaron sus propios medios tras el golpe militar de 1955. Es el caso de “Paralelo 35º”, un semanario católico aparecido en General Pico en 1956 que en su número 4 plantea un terreno de disputa contra el oficialismo derrocado pero también a favor de una postura -“enseñanza libre”- que sostendrá en los años siguientes contra su opuesto : “enseñanza laica”. El periódico incluye artículos contra las huelgas estudiantiles, el divorcio y advierte sobre la calificación moral de las películas que exhibían los cines locales.

1 comentario:

  1. Saludos a los luiggenses de Enrique Tejada, nieto de Don Enrique Tejada,quien fuera Juez de Paz en los comienzos de ese querido pueblo e hijo de Josè Nestor (Coco). Don Enrique Tejada fuè el primer Radioaficionado que hubo en el lugar y a su vez como periodista fue detenido y puesto a disposiciòn del PEN por sus escritos contra el gobierno que habìa depuesto a Don Hipólito Yrygoyen, y sic ...." en marzo de 1933 recuperó la libertad Enrique Tejada, director de “El Tribuno” y “La Opinión” de Ing. Luiggi. Tejada había sido detenido y puesto a disposición del PEN, por denuncias formuladas por vecinos de esa localidad, otro fenómeno que recorre todos los golpes militares." ( Del 30 al 55: A los golpes, con la prensa. Noviembre 2010 - Crònicas del Fuego - espacio sobre historia contemporánea de La Pampa - Internet)Mis felicitaciones a quienes hacen conocer informaciòn tan valiosa !!!! Muy buena vuestra pàgina !!!!!!!!!!! Enrique Tejada Vazquez

    ResponderEliminar