jueves, 28 de julio de 2011
Noticias de un secuestro en La Plata
La reapertura del expediente que investiga el secuestro y asesinato del castense Sergio García permite conocer algunos detalles de sus últimas horas después de 35 años. Un testigo, que vivía con la joven víctima, describió cómo la patota de la Triple A se lo llevó. El accionar del terror en directo.
Norberto G. Asquini
La reapertura de la causa que investiga el asesinato del castense Sergio García, ocurrida el 18 de enero de 1976 en La Plata a manos de un grupo armado de la Triple A, permite conocer detalles de lo ocurrido esa madrugada después de 35 años. El expediente por el secuestro y asesinato de García, que ahora está en manos del juez Manuel Blanco, titular del Juzgado Federal Número 1 de La Plata, se inició el 22 de enero del 76 y lleva el número 22.049. Aunque no avanzó mucho en la búsqueda de los asesinos del joven estudiante de Veterinaria, acumuló hasta el presente más de 600 fojas distribuidas en tres cuerpos: la primera del 76 del Juzgado de Primera Instancia número 3 de La Plata; el segundo cuerpo iniciado en 1984 a pedido del Movimiento Pampeano de DDHH solicitando el derecho a la Verdad para los muertos y desaparecidos pampeanos a manos del terrorismo de Estado; y el tercero del Ejército Argentino, con fecha de 1987. A partir de la presentación hace días del arquitecto Miguel García, hermano de Sergio, ante el Juzgado platense 3 de juez Arnaldo Corazza y del Juzgado 1 de Blanco, la causa se retomó y se pudieron conocer detalles sobre lo ocurrido en la noche de su muerte. Miguel García está trabajando junto a los familiares de otros militantes víctimas también de la represión ilegal con el fin de impulsar el juicio oral y público a los responsables. En este momento se está en la etapa de la presentación de pruebas que se sumen a las ya aportadas por otros testigos y en el armado de estrategias para las acusaciones contra los represores.
La patota.
La reapertura del expediente da cuenta de detalles de lo sucedido el 18 de enero del 76, cuando fue secuestrado por una patota armada de la ultraderecha, en su domicilio de la calle 47 número 211 de La Plata. Un testigo, que estaba junto a Sergio cuando fue secuestrado –y cuyo nombre se mantiene en reserva– compareció el día 20 ante la justicia para declarar en la instrucción por la causa. El día 18 de enero del 76, ambos estaban en la pensión tomando mate en la vereda cuando llegaron sus secuestradores a las 14.30. “De improviso vieron aparecer por la calle 115 y doblar en la 47 a dos automóviles 128 color blanco, los que venían a gran velocidad y estacionaron en la calle 47 frente al domicilio. Los vehículos eran ocupados por seis personas, tres en cada rodado”, indicó. El estudiante comentó que “inmediatamente de detener la marcha se bajaron cinco y manifestando ser policías dijeron que el declarante y Sergio se colocaran las manos en la nuca. A continuación preguntaron quién era García a lo que Sergio contestó que era él, al mismo tiempo que otro de los que habían descendido del coche le solicitaba documentos al declarante, reintegrándoselos. Luego le preguntaron a Sergio dónde tenía los documentos a lo que él respondió que los tenía en la pieza y agregó que era el hijo del senador (Justino) García por la provincia de La Pampa, a lo que las personas que habían arribado al lugar le preguntaron porqué partido, no recordando el declarante lo respondido por Sergio”. El grupo iba vestido de civil y cinco armados con pistolas, asomando por la ventanilla de uno de los vehículos el caño de un arma larga. Tendrían entre 27 y 31 años, vestían de sport, uno con chomba celeste y pantalón claro, tres con impermeable color caqui y el resto pantalón y camisa.
Secuestrado.
“Entonces –continúa el relato– este grupo lo empujó a Sergio y lo introdujo dentro de un Fiat 128 en el cual habían llegado. Posteriormente le dijeron al declarante que los acompañara para arriba dado que la habitación se halla ubicada en un primer piso, dejando aclarado que el declarante todavía no había mencionado dónde se hallaba la habitación. Al trasponer la puerta de calle le preguntaron si el automóvil Renault 4L que se encontraba en la puerta era propiedad del dicente, al que éste respondió afirmativamente y a continuación le preguntaron por los papeles del rodado”. También le preguntaron por otro vehículo, un Peugeot, que era del testigo. Una vez en la habitación le dio a los supuestos policías los documentos de García. “Estos se guardaron todos los documentos y carnets y dejaron el resto de los papeles que se hallaban dentro de la misma. A continuación realizaron una revisada minuciosa de todas las pertenencias de Sergio hasta incluso desarmaron una sola cama de las dos que hay en la pieza y la cama desarmada fue la de Sergio. Había ciertas cosas que preguntaban de quién eran y al responder el declarante que eran de su propiedad se las alcanzaban para que las guardara. Una vez finalizada la requisa colocaron un impermeable en el suelo y sobre éste colocaron todas las cosas que se llevaban que eran dos máquinas fotográficas, una filmadora, algunos libros, dos cartelones grandes, que eran afiches de la campaña electoral del año 1973 con las efigies de Cámpora y Perón”, detalló.
“Te vamos a reventar”.
Cuando se retiraron, le dijeron al testigo que se quedara en la pieza y “que tuviera cuidado con lo que decía porque si no lo iban a reventar, razón por la cual el declarante se paró en la escalera para volverse pero antes de regresar a la habitación les preguntó adónde lo llevaban a Sergio, dado que si llegaba a venir el padre él quería informarle dónde lo habían trasladado. Ante este pregunta, uno de los integrantes se quedó pensando y después expresó que lo iban a encontrar en el Siete de Infantería”, dijo. El testigo, sin saber qué hacer, habló con dos vecinos y se quedó en la casa de uno de ellos por temor. Al día siguiente fue a realizar la denuncia ante la Policía. Fue entonces que conoció que había aparecido el cuerpo acribillado de Sergio en las cercanías del Frigorífico Armour.
(Publicado en La Arena)
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