miércoles, 21 de diciembre de 2011
La "primavera" del 73 en la UNLPam (Parte 1)
Luego de la “lucha por la nacionalización” de la UNLPam, los estudiantes se lanzaron en 1973 a reclamar un gobierno propio. Fue una etapa de politización y reclamos de democracia y autogestión. Y de otras cuatro tomas del rectorado y asambleas.
Norberto G. Asquini
La memoria colectiva recuerda de la nacionalización de la Universidad Nacional de La Pampa de 1973 la “gesta” de abril de ese año cuando los estudiantes ocuparon el rectorado y el Colegio Nacional para obligar a que la casa de estudios provincial fuera pasada a la órbita nacional. Sin embargo, poco es lo que se resalta de la lucha siguiente, ya durante la “primavera camporista”, con nuevas tomas y asambleas estudiantiles que reclamaban la democratización de la Universidad.
En los meses siguientes a la nacionalización, durante la transición institucional, se dio un profundo y apasionado debate entre las diferentes tendencias estudiantiles sobre quién y cómo debía conducir la Universidad.
Las tendencias.
Durante las semanas posteriores a la lucha de abril comenzaron a perfilarse las agrupaciones estudiantiles que habían actuado en conjunto. En esas semanas del 73 los diferentes grupos se dieron nuevas formas organizativas vinculadas a corrientes estudiantiles nacionales. Algunos terminaron en el Faudi -brazo universitario del maoísta Partido Comunista Revolucionario (PCR)-, los menos derivaron hacia la Tendencia Universitaria Popular Antiimperialista Combatiente (Tupac) -que respondía a Vanguardia Comunista-, otros canalizaron su militancia en la Juventud Universitaria Peronista (JUP). En tanto, un amplio sector de universitarios, sobre todo alumnos de Agronomía y Económicas, se inclinó hacia la tendencia reformista más moderada y se agrupó en Franja Morada (FM) que respondía al radicalismo alfonsinista. En 1975 se constituyó el Movimiento de Orientación Reformista (MOR), vinculada al comunismo.
Aulas sin rumbo.
El 29 de mayo del ‘73 el gobierno nacional intervino las Universidades del país con nuevas autorizadas caracterizadas por su adscripción a la izquierda peronista. Las autoridades de la UNLPam renunciaron el 5 de junio y la casa de estudios quedó en acefalía a la espera del nombramiento de un rector. En tanto, el 9 de junio, una asamblea de los empleados administrativos constituyó el gremio del personal no docente (Apulp) que agrupaba a más de 80 administrativos. Tímidamente, los profesores empezaban también a conformar la Asociación de Docentes (ADU).
La presión para apurar la designación del nuevo rector comenzó a hacerse sentir en las asambleas y reuniones de las agrupaciones universitarias, en los centros de estudiantes y las visitas al Centro Cívico para entrevistarse con el gobernador peronista José Aquiles Regazzoli.
El 8 de junio hubo una asamblea general de estudiantes de las tres Facultades y los no docentes para tratar el rumbo de la universidad y se estableció que no se aceptarían los nombres para rector que circulaban en los corrillos académicos. La postura, impulsada por los combativos, fue no aprobar a un funcionario colocado por el poder político sin previa discusión con los universitarios y pedir la separación de profesores vinculados con la dictadura militar.
Nueva toma.
Las tomas de edificios públicos durante los primeros días del gobierno de Cámpora fueron una forma de presión, y a la vez de posicionamiento de la izquierda peronista. La UBA, la Universidad del Sur y la del Comahue fueron ocupadas por los alumnos que impusieron sus reclamos a las autoridades.
Fue entonces que un grupo, la JUP, exultante con el empuje del gobierno camporista, intentó forzar a Regazzoli para lograr el nombramiento de un rector que asegurara un gobierno universitario con perfil “nacional, popular y tercermundista”.
El lunes 11 de junio a las 17, un grupo de la JUP, apoyado también por militantes de la JP, ocupó la sede administrativa de Mansilla 170. Ese mismo día se había realizado una asamblea con la participación de estudiantes y profesores de Agronomía, Económicas y Humanas y no docentes. Allí se había elegido una comisión de tres delegados para entrevistarse con Regazzoli y comunicarle que no se iban a aceptar nombramientos inconsultos. Entonces, la JP, sabiendo que no iba a poder colocar a un peronista, decidió presionar en forma contundente y condicionar al gobernador ocupando la casa central.
Mientras los representantes mantenían la entrevista, la JUP había ingresado a El Palomar. Una vez desplegadas las banderas en las ventanas con las consignas “Universidad tomada-Viva Perón” y clausurado el ingreso mediante una custodia de militantes -algunos armados con patas de los bancos de madera-, el concejal peronista Mario Folmer informó a la prensa que reclamaban la designación de un hombre del peronismo.
Lo que sí tenía en claro la juventud del peronismo universitario era que, más allá de que fuera gobierno el PJ, no tenía dentro de la masa universitaria un peso real, como ocurría en el resto del país.
Poco después, el ministro de Educación de Nación, Jorge Taiana, informaba vía telefónica el nombre elegido: Carlos Gianella, un joven ingeniero de 27 años. La JUP levantó la ocupación.
(Publicado en Caldenia)
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