jueves, 10 de febrero de 2011

Puelén: bastión "rojo" del oeste

El 7 de mayo de 1954 se votó por primera -y única vez- para vicepresidente en el país. En la novel provincia Eva Perón (ex La Pampa) el partido peronista nuevamente se iba a hacer con esos comicios dada la hegemonía incontrastable que ejercía en todo el territorio nacional. Ese día en Puelén, una población oesteña pampeana a más de 400 kilómetros de la capital provincial, cuando se abrieron las urnas para hacer el recuento de votos la sorpresa fue mayúscula para las autoridades de mesa que titubearon en declararlas válidas: por primera vez en el país, el comunismo había ganado los comicios llevando como candidato a Alcira de la Peña.


Norberto Asquini



El episodio ha sido tan oscuro como han podido ocultarlo las brumas del tiempo y los escasos documentos que ha él se refieren. Intentar reconstruir los años del primer gobierno peronista o la "etapa peroniana" sobre La Pampa de los años '50 es una tarea dificultosa. No existe en la provincia una colección completa de los periódicos de esa época. Pero este no es el único obstáculo: entre los puelenses ya nadie recuerda el acontecimiento, no hay documentación oficial o está en manos privadas y entre los habitantes de más años las circunstancias parecen haberles jugado en contra a la memoria, ya que la mayoría no estuvo presente.

Un pueblo del oeste
Puelén se recorta en la llanura oesteña como una herradura. Un pueblo del far west pampeano nacido a finales del siglo XIX al borde de un ojo de agua que surge de entre las rocas de los cerros. Con una ruda población pastoril acostumbrada a la aridez del paisaje y al trabajo empeñoso, curtida por el sol y las tareas rurales. Hacia el este una barda se perfila sobre la salina y las majadas de chivos corren entre el paisaje achatado y sin fin.
Para 1942 el pueblo contaba con un poco más de 700 habitantes sobre una población de 1.000 personas en todo el departamento. En la década siguiente se había reducido esa cantidad pero contaba con sus autoridades: una comisión de fomento y el juez de paz. Una iglesia, una escuela, algunos comercios y boliches completaban la traza semiurbana. Por entonces, antes que los éxodos golpearan a sus habitantes, tenía una plaza, una pista de aterrizaje para aviación y el edificio del correo, el juzgado y el destacamento de policía.
Para entonces la provincia Eva Perón estaba gobernada por Salvador Ananía y la hegemonía del peronismo a nivel nacional había enraizado en la gobernación y su estructura partidaria llegaba a todas las comunas pampeanas que estaban inevitablemente bajo este signo político.
En 1951, cuando se votó por primera vez para presidente en la nueva provincia, Juan Domingo Perón ganó en la "Eva Perón" con el 74% de los votos. Poco antes de asumir su segundo período, el 3 de abril de 1952 falleció su vicepresidente Hortencio Quijano. Aprovechando las elecciones para legisladores nacionales, el 7 de mayo de 1954 se votó para elegir un nuevo vicepresidente siendo designado el candidato del PP, el almirante Alberto Teissaire. Fue la £nica vez que se llamó a elecciones para vicepresidente en la vida institucional del país.

Día de elecciones
Ese día de mayo amaneció lluvioso en un Puelén caracterizado por las bajas precipitaciones. Algunos supersticiosos percibieron esto como una señal de que algo iba a ocurrir. Otros confiaron que a pesar de los nubarrones, ese sería "otro día peronista"; los restantes no le dieron importancia alguna.
Poco después de las 8 se instalaron las dos mesas electorales. Una de varones en el juzgado de paz que estaba establecido en una casilla de madera, presidida por el maestro Alberto Santoreli; y la otra de mujeres en la vieja escuela, encabezada por Rita Dávila.
Entre las listas a votar para los diferentes cargos figuraban la del Partido Peronista, la de los radicales y una sola boleta del Partido Comunista para vicepresidente de la Nación con el nombre de Alcira de la Peña.
Una vez abiertas las urnas comenzaron a llegar a Santa Rosa los telegramas indicando a las autoridades electorales que el acto transcurría normalmente sin novedad. Pero esta seguidilla la cerró un último que armó el gran revuelo. En el escrutinio para vicepresidente, por una veintena de votos había triunfado el candidato del PC.
La noticia recorrió el país alarmando y sorprendiendo. Cuando las autoridades provinciales, nacionales y partidarias tomaron conocimiento del triunfo comunista, tras la sorpresa inicial sobrevino una exhaustiva investigación del hecho que resonaba incongruente ante la manifiesta preponderancia del peronismo en todo el país y la posibilidad de un bastión opositor maximalista en pleno oeste pampeano.
Algún empleado exonerado, varias comisiones de investigación de la Policía Federal y sumarios exigiendo explicaciones a los integrantes de la junta departamental y la unidad básica por parte de las autoridades partidarias fueron el corolario de esas elecciones.

Un triunfo comunista
¿Cómo sucedió esto? La versión más extendida da cuenta que el triunfo del comunismo en ese pueblo perdido del oeste se debió al ascendente que tenía dentro de la población el maestro y dirigente comunista Marcelino Badillo, que vivió en la década del '30 en esa localidad dando clases y cuya esposa era de la zona. Sin embargo, su hijo, Aquiles Badillo, aseguró que si bien pudo dejar su semilla, el maestro se alejó del pueblo en 1944 para continuar con su carrera docente en un establecimiento de Winifreda.
Otra interpretación de ese triunfo es la que le otorgan otras fuentes, una de ellas la de los viejos dirigentes del comunismo pampeano. Según esta, la sorpresiva victoria se debió a una jugada política de uno de los dirigentes locales de apellido Martín. Este, para desplazar del terreno político local a sus opositores, habría ordenado votar por la boleta comunista para lograr que perdieran las autoridades de entonces el apoyo del gobierno. De esta forma aventando el "cuco" del comunismo lograría que las autoridades partidarias quitaran su apoyo a la dirigencia local.
Los más avezados aseguran que la interna local existió y que se volcó las urnas con los votos comunistas mientras estaban en custodia en la estafeta local.

Sólo un error
Otra fue la versión que ofreció Juan Carlos Martín, encargado por entonces de la estafeta de la localidad y quién ocupó algunos cargos años después entre las instituciones locales. Tenía entonces 32 años y como encargado del correo fue también el jefe del circuito electoral y uno de los personajes del affaire comunista.
Martín recuerda que "era la segunda vez que se votaba en Puelén y la mayoría de la población era rural, analfabetos y semianalfabetos en su mayoría. Hubo entonces bastante desidia por parte de las autoridades partidarias del peronismo, que era la fuerza que existía en ese momento. El radicalismo no llegaba y no se hacia campaña. En cambio el peronismo estaba organizado en la junta departamental, la unidad básica local. Pero no se preocuparon en hacer propaganda porque ganaba fácil, creo que eso determinó que no hubiera mucha preocupación".
"Entonces -rememora- la gente entraba al cuarto oscuro asustada, con temor, no sabía qué era el ir a votar. Ese día llovió, así que entre el resbaladizo llegar caminando por el barro era una odisea. Llegaban, votaban apurados y salían".
"Nadie se preocupó por enseñarles a votar o distribuir boletas y entonces el resultado fue colocar la más fácil. Nadie fue con el voto entregado como ahora se acostumbra. Para mí fue lisa y llanamente un error. Yo he conversado mucho luego con gente de Puelén y me decían: '¡Y qué quiere! poníamos la boleta más fácil'".
Martín tampoco escapó de los coletazos posteriores: "A mí me investigaron, desde la provincia. Yo tenía un contrato con la provincia y con la Dirección de Correos y a raíz de este hecho, hizo que se suspendiera el subsidio que daba la provincia a la estafeta y como el del correo resultaba insuficiente, se levantó el contrato con esa línea".
Jugada política o error, Puelén, un ignoto pueblo perdido en la llanura del oeste pampeano, llegó a oídos de todo el país. Allí el Partido Comunista obtuvo su primera victoria.

(Publicado en Caldenia)

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