El represor
Luis Baraldini, acusado de secuestros y torturas como oficial de la Subzona 14,
también tuvo otra faceta pública menos conocida. Mientras estuvo a cargo de la
Jefatura de Policía dio "consejos" a los padres y madres de los
detenidos, "clases" de moral en colegios secundarios de toda la
provincia e imprimió profusa folletería sobre la "subversión" en La
Pampa.
Norberto G.
Asquini
El represor
Luis Enrique Baraldini, jefe de Policía de La Pampa durante la dictadura militar
y uno de los oficiales del grupo de tareas de la Subzona 14, está acusado de
haber participado en más de 300 secuestros y torturas entre fines de 1975 y
1979 en la provincia, en el marco de la represión ilegal.
Sin embargo,
una de sus facetas menos conocidas en La Pampa, mientras fue una de las máximas
autoridades militares, fue la de impartir clases de "buena moral" y
consejos contra la "subversión". Algunos documentos hallados dan
cuenta de su función como "moralizador" de la sociedad pampeana.
Actualmente está detenido en la Unidad Penal de Santa Rosa investigado por
delitos de lesa humanidad durante esos años.
Consejos.
En el diario La
Arena del viernes 9 de abril de 1976, en una nota publicada por el Consejo
Provincial de Difusión, se dio cuenta de un encuentro entre Baraldini y los
padres y madres de los estudiantes de la Facultad piquense de la Universidad
Tecnológica Nacional (UTN). Una veintena de los alumnos había sido detenida y
muchos de ellos torturados en la Seccional Primera acusados de "subversivos".
El encuentro
fue el 6 de abril en Santa Rosa y se informaba que el jefe se había reunido con
los familiares de los estudiantes a los que "se les llamó a la reflexión
sobre su misión de padres, a la necesidad imperiosa de mantener una constante
comunicación dentro del núcleo familiar, exhortándolos a un control riguroso
sobre las actividades de sus hijos, a la selección de sus amistades y a una
especial atención a las acechanzas a que están expuestos a diario".
Baraldini dijo
que había dos "grupos": "Aquellos cuyo denominador común fue
dedicarse a la agitación estudiantil 'utilizados' para llevar a cabo amenazas,
pegatinas, etc. Muchos de estos detenidos ya han recuperado la libertad" y
"aquellos que, en forma conexa a las acciones enumeradas han participado
en la comisión de delitos comunes". Y hablaba de quienes los habían
"utilizado": los prófugos Daniel Lamas y Gerardo Pousadela, ex
docentes de esa casa de estudios, y el ex ministro de Obras Públicas y ex
alumno, Santiago Covella.
Las "clases".
Baraldini
también recorrió la provincia dando "clases" en colegios secundarios,
tanto públicos como privados, sobre diversos temas que hacían a la moralidad
pública: prostitución, drogadicción, etcétera.
En la hoja
"Encuentro" que publicaba en la zona sur el sacerdote Valentín Bosch,
un cura relacionado al tercermundismo que tuvo que exiliarse perseguido por la
dictadura militar, se recordaba una de esas "lecciones".
En el número
del 20 de junio de 1976, Bosch habló sobre una charla de Baraldini en General
San Martín con alumnos de esa localidad, de Bernasconi y Jacinto Arauz.
"El jefe
de la policía de la Provincia, mayor Baraldini (qué lindas botas tenía...! -se
mofaba el cura-) presentó a los disertantes y expuso la intención de la charla:
evitar que se propague la prostitución en la provincia y hacer que se conozcan
los males que acarrea".
"Habló a
continuación un médico sobre la aparición y evolución de las enfermedades
venéreas en el varón y la mujer. En impactantes y espeluznantes diapositivas
nos fue presentando el desarrollo de la sífilis y de la blenorragia. Para
terminar pasaron fotos de chicas afectadas por este problema, con nombres y
edades. De 15 que fueron apresadas, 14 estaban enfermas. Fue muy deprimente y a
nadie le gustó. Por qué 'quemarlas'? Son ellas o quienes son los
culpables?", opinaba el cura.
Folletos al por
mayor.
Mientras fue
jefe de Policía, Baraldini hizo gran cantidad de folletería para advertir sobre
la "infiltración" comunista y la "subversión" en la
provincia y el país. Estos folletos eran entregados por los agentes de la
fuerza en operativos de tránsito, a instituciones o en colegios.
Uno de los que
se pudo rescatar lleva en su tapa el título: "Lo que Usted debe saber
sobre la Subversión" y está firmado por "La Policía de La
Pampa". El escrito advertía sobre el marxismo, en general, que en los
medios de comunicación como "las películas, obras de teatro, cafés
concert, programas de televisión que tienen la autoría de gente de izquierda,
se dedica a una crítica despiadada y parcial de nuestra sociedad e incluyen la
violencia y el sexo con el fin de destruir nuestros valores morales
tradicionales".
"La acción
psicológica marxista consiste en sembrar dudas en la comunidad, criticando sus
tradiciones, sus costumbres y su estilo de vida. Opone el padre al hijo, el
alumno al maestro, el obrero al empresario, países pobres a países ricos,
alimentando los odios hasta convertirlos en conflictos sin solución",
explicaba.
En otro párrafo
el folletín policial afirmaba: "Nuestro país persigue una tradición donde
se enaltece la libertad, la soberanía y la independencia, estos son dones cuyo
precio inestimable se advierte el día en que se pierden". Y pedía defender
"Su libertad, la de su familia, la de su religión y la de su pueblo".
Otro ejemplo.
En otro de los
folletos encontrados que tiene como tapa el escudo de la Policía pampeana, se
hace una advertencia a los padres, firmada por la Jefatura. "Mientras
ustedes trabajan muchas horas al día, ellos se dedican a destruir y
asesinar", comentaba sobre "los subversivos" de manera general.
"La acción
subversiva afecta a todos los campos del quehacer nacional, no siendo su
neutralización o eliminación una responsabilidad exclusiva de las fuerzas
armadas, sino del país y la sociedad toda a través de sus instituciones",
indicaba.
"En esta
guerra no hay neutrales. Eviten que el enemigo hipnotice la mente de su hijo.
La paz, la seguridad y la libertad para ustedes y su familia se ganan cada día.
Actúen en consecuencia", finalizaba.
La revista
policial
Desde Jefatura
también se imprimía la revista policial "Servir", cuyo director era
el comisario inspector Humberto Riffaldi, hoy investigado por la justicia.
Colaboraban oficiales de la policía y civiles como el "servicio"
Feliciano Losada. Entre notas institucionales y algunas sociales, había otras
como un "Glosario de palabras en el lenguaje de drogadictos". Allí se
daba la definición policial sobre palabras como "diller",
"encanutado", "falopa", "nariguetazo", "mató
mil", "nieve" o "fiesta".
(Publicado en diario La Arena)
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