Norberto Asquini y Juan Carlos Pumilla
Dentro de la media docena de centros de detención y tortura detectados en el territorio de la provincia de La Pampa, que funcionaron en forma permanente o transitoria, el edificio de la Seccional Primera-Unidad Regional I fue el centro nuclear de la represión pampeana y allí estuvieron alojados o pasaron la gran mayoría de las víctimas de la Subzona 14. El edificio de dos plantas, ubicado en la intersección de la calle Padre Angel Buodo y avenida Belgrano, contenía a la Seccional Primera en su parte baja, la única comisaría de la capital provincial, y la Unidad Regional I en la planta alta. Mientras los calabozos de su planta baja se utilizaron para alojar a muchos presos políticos, en la planta alta actuaba el grupo operativo de la Subzona 14 y era el lugar de los interrogatorios y las torturas.
Esa sede policial fue construida en 1973 e inaugurada durante la gestión del gobernador José Aquiles Regazzoli, quien paradójicamente iba a estar detenido en ese sitio en abril de 1976 para ser interrogado, encapuchado y esposado , por los miembros más prominentes de su Policía.
No es la única paradoja que alberga este lugar donde se industrializó el terror: el edificio, de una apariencia exterior apacible que desmiente los horrores que se cometieron en su interior, dista a poco menos de cien metros del superior Tribunal de Justicia y de la Casa de Gobierno. Lo que acaso configure una metáfora de esos años, de cómo el terror convivió con la cotidianidad y de cómo lo legal coexistía con lo ilegal.
Primera detenciones.
Confirmando que la etapa del terror ejercida desde el Estado excede los términos que, equivocada o maliciosamente se pretende instalar para la consideración de la sociedad pampeana, las primeras detenciones de carácter ideológico-político se registraron en esta Seccional en febrero de 1975 en perjuicio de Roberto Quispe y Elena Alfaro. Esta detención inauguraría un prontuario para Quispe, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores, que con seguridad sería determinante para su posterior seguimiento en Buenos Aires que culminaría con su desaparición.
Los torturados.
Según se desprende de la investigación sobre la represión en La Pampa ofrecida en el libro El Informe 14, por la Seccional Primera transitaron más de trescientos detenidos, la mayoría de ellos sometidos a tormentos, tan atroces como los que se van conociendo a partir de los testimonios de las victimas en los juicios nacionales en marcha.
La estadística puede generar observaciones engañosas. Adquirirá otro grado de elocuencia el constatar que a mediados de la década del 70 toda la población urbana de la provincia no superaba los ochenta mil habitantes.
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