Es un caso que se está juzgando junto al de la santarroseña Lucía Tartaglia. Eduardo Castaño fue parte de una familia conocida en General Pico, ciudad que visitaba. Entre el 75 y el 76 estuvo refugiado allí hasta que lo fueron a buscar. A los 22 años fue secuestrado en Capital Federal por su militancia y se lo vio por última vez en el CCD Atlético (foto).
Norberto Asquini y Juan C. Pumilla
El Tribunal Oral Federal 2 de la Ciudad de Buenos Aires está enjuiciando a 17 represores por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar en los centros clandestinos de detención Atletico-Banco-Olimpo (ABO). Los casos que se investigan en esa causa son las privaciones ilegítimas de la libertad agravadas y tormentos agravados de 181 víctimas, una de ellas la santarroseña Lucía Tartaglia, la más conocida para los pampeanos. Se trata de personas que fueron capturadas y trasladadas a algunos de estos tres CCD, que se sucedieron durante el Proceso, donde estuvieron ilegítimamente privadas de su libertad y sufrieron todo tipo de tormentos, entre los años 1976 y 1979. Este circuito represivo se encontraba bajo el control operacional del Ejército. No son los únicos detenidos que pasaron por esos centros y hay por los menos 350 hechos más para investigar.
Refugiado.
Hay otro caso que involucra a La Pampa y que se investiga en ese juicio. Es el de Eduardo Raúl Castaño, nacido en Bahía Blanca el 4 de noviembre de octubre de 1955. Era miembro de dos familias conocidas de General Pico –los Castaño y los Andreani–, ciudad a la que visitaba asiduamente en la década del 60.Poco antes de los años setenta, según fuentes familiares, su familia se trasladó a Villa Lugano, en la Capital Federal. Si bien Eduardo continuó vinculado a General Pico. Tanto que por su militancia, que según su hermano Luis habría estado vinculada al Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) se tuvo que refugiar durante varios meses en esa localidad pampeana. Fue así que entre los años 1975 y 1976, buscó refugio ante la represión desatada por el Ejército contra las organizaciones políticas de izquierda. Según recordó su prima, Alicia Juan durante una entrevista, llegó a trabajar en una firma aceitera, hasta que uniformados fueron a preguntar por él y volvió a Buenos Aires.
La historia no se conocía en la provincia hasta que el 9 de julio pasado, en una reunión familiar de los Castaño, su hermano Luis le confió el destino a su prima que vive en Toay. Es que hasta el momento sólo había una mención de su nombre en el listado de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), bajo el legajo 1.317, y otra entre las 181 víctimas del circuito ABO en la Capital Federal.
Militancia.
Su prima Alicia afirmó en la entrevista en la que relató la vida de Eduardo que “siempre pensé que había zafado. Que lo habían detenido y se había ido del país. Sospechaba su destino, aunque lo esperaba, hasta que me confirmaron la noticia cuando volví a ver a su hermano Luis luego de varias décadas”. Ella y Luis visitaron hace poco el lugar donde se encuentra el edificio donde funcionó el CCD El Atlético, en Paseo Colón al 1.200. De acuerdo los testimonios que Luis pudo rescatar para reconstruir la vida de su hermano, Eduardo, que tenía una parálisis en una de sus piernas, comenzó a participar en política en una organización de izquierda en los 70 que habría sido el PRT cuando era muy joven. Militaba junto a estudiantes y en fábricas. Uno de sus trabajos fue como no docente en la Facultad de Medicina de la UBA, donde es reconocido como uno de sus desaparecidos. También en Villa Lugano, los vecinos lo han homenajeado.
La detención.
Eduardo Castaño fue secuestrado a los 22 años el 4 de agosto de 1977 a las 3 de la madrugada en el hospital Francés, en el barrio de San Cristóbal, mientras cuidaba a un familiar. En tanto, la vivienda de sus padres era allanada por un grupo de tareas. Su prima afirma que en 1975 y 1976, cuando el Ejército había comenzado la represión sobre las organizaciones guerrilleras y otras de izquierda en la llamada “lucha contra la subversión”, Eduardo se trasladó indocumentado a General Pico donde vivió varios meses, una manera de “retirada” frente a lo que estaba ocurriendo. Hasta tenía pensado trasladarse a Tucumán. Sin embargo, en esa ciudad fueron uniformados a preguntar a personas cercanas por él y decidió regresar a Capital Federal.
Luego de ser detenido ilegalmente por un grupo de tareas, fue llevado al CCD El Atlético. En la causa 14.216 que investigó los crímenes del circuito ABO y ahora se juzga, se acreditó que Eduardo “fue sometido a tormentos. Al día de la fecha permanece desaparecido”.
Cautiverio.
El testimonio de Daniel Eduardo Fernández, un ex detenido-desaparecido que sobrevivió a la represión, señaló que durante su estancia en Atlético “conoció a Eduardo Raúl Castaño, quien tenía secuelas de poliomielitis en una pierna, y fue torturado mediante golpes y picana”. Según confió a los familiares, desapareció entre el 20 y el 21 de septiembre del 77. A Fernández durante esos días lo blanquearon a disposición del PEN mientras a Eduardo le dijeron que iba a ser “trasladado”. Según indicó Alicia Juan a los autores, ese testigo afirmó que “aparentemente lo durmieron y lo tiraron en el mar en los llamados vuelos de la muerte”. Muchas de las víctimas de ese grupo de tarea finalizaron arrojadas al mar.
Por dichos de la víctima, sus torturadores habrían sido el “Turco Julián” (alias de Julio Héctor Simón) y “Kung Fu” (alias de Juan Carlos Falcón), ambos integrantes de la Policía Federal, y también quienes mantuvieron cautiva a Lucía Tartaglia.
Otro ex detenido, Pedro Miguel Vanrell, recordó haber compartido cautiverio con Castaño en el mismo centro de detención. Ambos testimonios vincularon al imputado Simón con la privación ilegal de la libertad que sufriera Eduardo. Por ello es juzgado por el TOF 2 porteño. En tanto, hay otros diez represores que fueron procesados por el delito de tormentos contra el joven.
(Publicado en La Arena)
Hoy a 37 años del golpe Civico Militar la MEMORIA estan mas firme en la ciudadania y si bien la ausencia de Eduardito duele, me siento recompensada sabiendo que los 30 mil desaparesidos junto a Eduardo esta mas vivos que nunca. Gracias a quienes me ayudaron a encontrar y desterrar el olvido, durante mas de 30 años lo espere y crei que en algun lugar estaba, hoy se que fue victima no solo de el secuestro clandestino, de torturas, si no que el tambien fue victima de los VUELOS DE LA MUERTE, solo espero MAS MEMORIA VERDAD Y JUSTICIA. A sus Torturadores les deseo muy larga vida para cumplir su condena!!!
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