El libro “Días de odio” es “agüita fresca sobre el surco de la Historia reciente”, afirma el autor de la nota. “Reaviva la memoria de los que anduvieron ese tiempo de excesos cruzados y represalias”.
Guillermo Herzel
“Días de odio”, libro de Norberto Asquini, cita en su portada un texto del “Libro de los abrazos” de Eduardo Galeano, “La desmemoria/2”. Y es, quizá, el primero de los muchos aciertos del trabajo. Dice Galeano: "El miedo seca la boca, moja las manos, mutila. El miedo de saber nos condena a la ignorancia; el miedo de hacer nos reduce a la impotencia. La dictadura militar, miedo de escuchar, miedo de decir, nos convirtió en sordomudos...". Como estudiar en los mapas el recorrido que vamos a realizar, antes de salir de viaje, nos prepara, nos advierte sobre la necesidad de cierta actitud para encarar la lectura de esta minuciosa investigación sobre el período que va desde 1951, cuando adquiríamos categoría de provincia, hasta 1958, cuando el país entero, elegía autoridades con el peronismo proscrito.
Paralelismos.
"Días de odio” es agüita fresca sobre el surco de la Historia reciente. Reaviva la memoria de los que anduvieron ese tiempo y de los que, de algún modo, accedieron al conocimiento de aquellos días de excesos cruzados y represalias. Actúa como esos papeles que usábamos para calcar, estableciendo, quizá sin proponérselo, paralelismos con algunas situaciones que la Historia ha repetido burdamente, sin que lo adviertan algunos de sus protagonistas. Ya lo dice Hugo Chumbita en el prólogo: “La caída del peronismo fue mucho más que un cambio de gobierno. Fue sobre todo el fin de una experiencia de reconstrucción del Estado que, en momentos de crisis del mundo capitalista, llevaba a la Argentina a transformarse en un país industrial. Aquel movimiento desplazó a la élite tradicional e incorporó a los obreros a la escena política apoyándose en una gran mayoría electoral, pero su proyecto contrariaba las agencias del poder económico internacional y encontraba resistencia en las clases altas y medias, que al cabo empujaron a los militares –los mismos que antes le habían abierto el paso- a derribarlo por la fuerza”.
Relaciones. Asquini parcela claramente momentos decisivos de nuestra historia nacional. Y simultáneamente lo hace en el orden territorial, en principio; provincial, a partir del pasaje a esa jerarquía política. Describe el resurgimiento –una vez más, por aquellos tiempos– de la tan remanida como falsa antinomia campo-industria, enfrentamiento muy sesgado en nuestra tierra, a la que no había llegado el avance industrial y tampoco, por lo tanto, la lucha sindical de sus obreros y menos aún, la puja de intereses con el sector agropecuario. Sin embargo, en el resto del país, especialmente en algunas de sus provincias, se generaban cambios en las relaciones, choques de intereses, intolerables para el auténtico poder. Desde una mirada abarcadora y templada, Asquini analiza conductas en cada uno de los protagonistas del período histórico, intentando establecer responsabilidades y protagonismos. La tercera posición disgustaba la mirada de los EEUU. En lo interno hubo medidas, decisiones y posturas duramente criticadas desde los sectores más conservadores y falta de profundización en aquellas, condenadas por los espacios progresistas. Se registraron abusos de poder por parte de algunos dirigentes, amparados por una organización extremadamente vertical, herencia quizá de la formación militar de diversos funcionarios de gobierno.
Medulares.
Este libro pone a nuestro alcance relatos medulares de hechos notables: En el territorio de La Pampa, convertido en Provincia Eva Perón en 1951, fue elegida, en 1953, la formula del peronismo, Ananía-Ardohain, para inaugurar el gobierno de la flamante provincia. En 1954 y como consecuencia de diferencias irreconciliables con el jefe de gobierno, se produce la renuncia del vicegobernador y en febrero de 1955 se registra un hecho inusual en esta comarca de vida apacible y poco amiga de enfrentamientos extremos. En el escenario de una administración que tímidamente daba sus primeros pasos, el abogado Justo Tierno, funcionario del gobierno pampeano, dispara tres tiros sobre el flamante primer gobernador, Salvador Ananía. El relato de este y muchos otros acontecimientos abunda en detalles, fundamentados con copiosa documentación y el respaldo de valioso y reconocido material bibliográfico de consulta, citado en las páginas finales del trabajo.
Hechos que ocurrieron.
El lector podrá recordar en algunos casos y descubrir en otros. Existen, especialmente en nuestra provincia, ocurridos antes, durante o después de perpetrado el golpe de Estado de Setiembre del 55, como así también en el intento de recuperar la nación, por parte del General Valle, un año más tarde; hechos de notable importancia para la marcha institucional del país. Movimientos de tropas, tomas de comisarías y de puntos estratégicos de las fuerzas armadas, movilización de sectores obreros, toma de medios de comunicación y emisión de proclamas desde La Pampa, para todo el país, incluso recepcionadas en medios extranjeros; son sólo algunos de los innumerables sucesos en nuestra Pampa, por aquellos días, ágilmente descriptos con notable profusión de detalles. Es interesante el análisis que hace Norberto, de las causas del conflicto, tanto en el país como en el ámbito de la provincia, que termina en el golpe de Estado de setiembre de 1955. Puede verse en descarnada acción a los sectores más expuestos por esa antinomia de “el poder por arriba y el fermento de la rebeldía por abajo”, al decir de Chumbita. Enfrentamientos entre sectores políticos y sindicales por el apoderamiento de porciones de mando. Antinomias extremas que perduran en los sobrevivientes consultados por Asquini.
Con los curas.
Finalmente, llega una lúcida narración ante la proximidad de la crisis, tras el tratamiento del proyecto de “Ley de divorcio”, cuando se suman, a los innumerables enfrentamientos ya existentes, los sectores católicos más conservadores y reaccionarios, sobre los cuales se monta en antiperonismo de todas las categorías y clases Dice Hugo Chumbita: “La campaña antiperonista, en la que se embarcaron mis compañeros adolescentes de la Acción Católica, me apartaba para siempre de esa feligresía”. En Buenos Aires, la procesión de Corpus Christi de 1955, fue el fermento de una marcha que partió de Plaza de Mayo y tuvo como destino el Congreso Nacional. Allí las huestes religiosas quemaron una bandera argentina. El 13 de junio de 1955 el gobierno nacional realizó un acto de desagravio a la bandera y el General Perón anunció la destitución de dos dignatarios eclesiásticos. Como consecuencia, el Vaticano excomulgó a Perón. “Días de odio”, describe en forma simultánea a los detalles de la lucha interna, en el orden nacional, provincial o partidario, un claro y amplio relato sobre la pugna que, desde el poder más encumbrado del mundo, se potencia por la usurpación de los resortes de decisión en el manejo de la actividad económica y los recursos. En medio de tan compleja situación, se produce el golpe de Estado, la "Revolución Libertadora" que, a decir de muchos autores no fue revolución y mucho menos libertadora. Los pormenores, tanto en el orden externo como nacional o provincial, están narrados con equilibrio y solvencia, a partir del segundo capítulo de este formidable trabajo. Un año más tarde, 1956, sobreviene el levantamiento del general Valle que reaviva odios y enfrentamientos, más allá del desprestigio que originan a la dictadura, los fusilamientos de militares y civiles. Hoy, todavía, estamos ajustando cuentas con ese pasado.
Aportes.
La contribución de Norberto Asquini –que incrementa con este libro su notable aporte a la recapitulación del siglo– es un trabajo más que necesario y trasunta, al decir de Chumbita: “La visión de una generación que quizá sacará provecho de los aciertos y los errores de sus antecesores para continuar la interminable tarea de construir nuestro país”. Para resumir y finalizar: Un muy cuidado trabajo de investigación, puesto en manos de los lectores con un desarrollo literario ágil, elegante y conciso. Siete capítulos claramente delimitados, con un arranque, en cada caso, de excelentes ilustraciones fotográficas, en una producción de la Editorial "Voces" de la Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa, que, evidentemente ha sido extremadamente cuidada.
(Publicado en Caldenia)
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