En 2012 se cumple el centenario del “Grito de Alcorta” por parte de los chacareros arrendatarios santafesinos. En La Pampa los agricultores se agruparon también en las Ligas Agrarias para resistir a los patrones.
Norberto G. Asquini
Hace cien años,
el 25 de junio de 1912 se producía en Santa Fe el llamado “Grito de Alcorta”,
el movimiento de los chacareros de esa provincia que se levantaron contra
terratenientes y comerciantes para reclamar por mejores condiciones laborales.
El malestar
agrario de ese año comenzó ante la caída del precio del cereal y las deudas que
tuvo que enfrentar el arrendatario. El punto de partida de la movilización en
Santa Fe fue el cierre del crédito por parte de los comerciantes que
radicalizará la protesta.
Desde este
momento en algunos pueblos de la región sureña de Santa Fe como Firmat y
Alcorta comenzaron a reunirse los agricultores en la búsqueda de soluciones
para su situación. La agitación se extendió por las chacras hasta que el 25 de
junio se realizó una multitudinaria asamblea en Alcorta y estalló la huelga.
El movimiento
más importante se observó entre julio y agosto cuando la mayoría de los
agricultores santafesinos se incorporaron a la lucha. El paro de la producción
se transformó en la estrategia por excelencia de los chacareros para presionar
en sus peticiones a los arrendadores y al gobierno.
Exigieron la
rebaja general de los arrendamientos, la entrega del grano en las aparcerías en
parva y troje, contratos por un plazo mínimo de cuatro años y libertad de
trillar y de asegurar las sementeras donde fuera más conveniente para ellos.
Poco después, el 15 de agosto, nació como resultado del movimiento de
arrendatarios, la Federación Agraria Argentina, en defensa permanente de los
intereses del sector.
En el
territorio.
Ese mismo
malestar, y movilización, también se viviría por entonces en el Territorio
Nacional de La Pampa. El movimiento se produjo poco después del de Santa Fe y
se extendió entre de 1912 y febrero de
1913.
En La Pampa la
geografía del conflicto coincidió con la zona triguera, al contrario de Santa
Fe donde el conflicto se dio en el área donde predominaba el cultivo del maíz.
La protesta fue contra el sistema de arrendamiento y el pago en especie y su
intensidad se dio durante el levantamiento de la cosecha, como forma de
presionar a los arrendadores.
En agosto en el
norte territoriano se formaron las primeras comisiones de lucha locales. El
peligro de una huelga como en Santa Fe hizo que los consignatarios tuvieran con
el gobernador Felipe Centeno varias reuniones y llevaron a que el mandatario
viajara a la zona para observar si había posibilidad de un movimiento
huelguista.
Las ligas.
Las primeras
organizaciones chacareras territorianas fueron aisladas y parecen tener primero
repercusión en el norte pampeano, zona que tiene mayor contacto con Santa Fe.
En agosto en Bernardo Larroude los chacareros se pondrán de acuerdo para no
sembrar trigo en esa cosecha. Allí se protesta contra los alquileres
desorbitantes y contra los bajos precios que se pagaba por el cereal. También
se exigiría la rebaja de los insumos considerados caros, como las bolsas, y
contra el cierre de los créditos, acusando a las grandes casas exportadoras de
ser las iniciadoras de esta situación. Por primera vez se habla de una “liga”
formada por colonos de Larroude, Banderaló, Mariano Miró, Van Praet, Italó,
Buchardo, Intendente Alvear, Bunge, Santa Felicitas y Anagoiti.
Pero el
movimiento liguista organizado en La Pampa tuvo como lugares más importantes
Colonias Trenel y la zona de Uriburu. El 18 de agosto se realizó una gran
asamblea en Trenel de colonos de esa zona, Metileo y Eduardo Castex donde se
impulsó la organización de un gremio de chacareros, según indica La Capital el
7 de septiembre de 1912. Esta fecha quedará consignada como la de fundación de
la Liga Agraria de La Pampa, tomándosela posteriormente como el inicio de la
protesta entre los movimientos agrarios que continuaron.
Cada grupo de
colonias tuvo después su junta local y designó delegados para la Junta Central
con asiento en General Pico, que dirigirá el movimiento. Tuvo como máximo
dirigente a Luis Denegri, presidente de la junta de Castex.
Más reuniones.
La semana
siguiente, el 25 de agosto, se realizó en General Pico una gran asamblea en el
Bar Centenario donde se formó la comisión local con la asistencia de unas 500
personas. La reunión fue abierta por el dirigente político local Juan Pons que
presentó a Denegri.
En septiembre
la mayoría de las colonias solicitaron permiso para realizar reuniones y el
gobierno territoriano las concedió “previniendo a los policías el más estricto
mantenimiento del orden y observancia de la ley social” y no permitiendo
discursos que “no fueran en idioma nacional y ordenando a los comisarios una
prolija observación respecto a los elementos que intervenían, si eran extraños
al territorio, si en la propaganda no había algún fin subversivo o
especulativo”. Para septiembre las protestas ya se radicalizan y se extienden
contra el comercio.
Las reuniones
se extendieron en septiembre en Monte Nievas, Ingeniero Luiggi e Intendente
Alvear formando los comités locales.
Mientras tanto,
en Uriburu comienza a movilizarse otro foco. El 15 de septiembre se realizó una
asamblea general de la Liga Agraria “de Uriburu” en el comercio de Lorenzo
Arocena en colonia Inés y Carlota con 1.000 colonos de la zona. Allí se trató
el acta de fundación, aprobación de estatutos y la conformación de la junta
local.
La comisión
directiva fue integrada con Domingo Manovela (presidente), Eliseo Tarquini
(vice primero), José Cairotti (vice segundo), Antonio Buira (secretario
general), Benito Dolce (tesorero) y Angel Mosmann, Francisco Funk, Zoilo
Berrueta, Santiago Tasitore, Jorge Mina y Alonso Blanco como vocales. Además se
envió a Buira como delegado a la reunión de la FAA.
La Liga Agraria
quedará formada durante este año por dos corrientes: por un lado la zona norte
con centro en General Pico pero con gran repercusión en Colonias Trenel y
Castex bajo la dirección de Denegri. En tanto la otra rama fuerte será en el
centro del territorio con asiento en colonia Inés y Carlota, ligada a Santa
Rosa bajo la dirección de Buira, entre otros. Es importante en ambas la
impronta de los elementos agraristas vinculados al ideal socialista.
El objetivo de
la Liga Agraria fue mediar ante los acreedores de los chacareros tanto
comerciantes como arrendatarios para obtener rebajas en el precio de los
arrendamientos y en la modificación de contratos.
La etapa de la
acción.
La primera
movilización de los agricultores se produjo en el mes de octubre cuando
comenzaron a convocarse frente a los altos arrendamientos en la zona de Trenel
y en poblaciones como General Pico.
El 30 de
septiembre en Alta Italia tuvo lugar una reunión de colonos presidida por un
delegado de la FAA de Santa Fe donde la prensa oficialista informaba que había
“vertido ideas impropias”. El mismo día en Metileo se reunieron 400
agricultores de las colonias Itálica, Belvedere, Santa Filomena, Tomás Devoto y
Matusalem de Colonias Trenel y se dejó constituida la Sociedad Agrícola de
Defensa Mutua, que redactó el pliego de condiciones a gestionar ante los
propietarios de campos.
Ante esta
situación, a comienzos de octubre el Ministerio del Interior enviará como
delegado del gobierno nacional al director del Departamento Nacional del
Trabajo Julio Lezana para recorrer las zonas en conflicto junto con el
gobernador Centeno, para actuar como mediador entre las partes y realizar un
informe.
La comisión
oficial recorrerá de General Pico a Catriló y luego las colonias Anguil,
Uriburu, Inés y Carlota y Cachirulo.
La expansión.
Entretanto la
acción de la Liga sigue extendiéndose en todo el territorio. En Quemú se hizo
una asamblea de agricultores con Denegri como orador para constituir una liga
de defensa. El 27 de octubre en General Pico se realizó la mayor asamblea de
todo el territorio hasta ese momento donde se dejó asentado un plan de acción
colectivo para exigir mejoras. Participaron entre 2.000, según La Prensa, y
3.500 chacareros, según La Capital, en el Bar Centenario. Hubo delegados de las
colonias de Quemú Quemú, Uriburu, Mirasol, Trenel, Metileo, Castex, Boeuff,
Intendente Alvear, Simson, Van Praet, Embajador Martini, Alta Italia, Ingeniero
Luiggi y Rancúl. Esta asamblea fue encabezada por “el presidente” de la Liga
Agraria, Denegri, y el representante enviado por la FAA, Antonio Noguera.
En esta
asamblea se redactará el pliego de condiciones que será distribuido a todos los
colonizadores. Estuvo presente el secretario de la Liga “de Uriburu”, Antonio
Buira.
Para noviembre
cuando se acercaba la época de la cosecha, los chacareros agremiados comenzaron
a enviar los pliegos de condiciones a los propietarios y colonizadores y la
protesta se generalizó. En la mayoría de las colonias se dio durante el mes un
período de negociación. Donde no se acordó, se producirán nuevas protestas
durante diciembre.
Huelga en
Trenel.
A pesar de la
intervención del comisionado nacional, a fines de noviembre otra vez empezaron
a anunciarse posibles movimientos huelguistas entre colonos y trabajadores
(estos por disminución de salarios) al no querer levantar las cosechas por los
altos arrendamientos. Una delegación del Centro de Consignatarios cerealistas
territoriano se reunió con el ministro del Interior y pidió seguridad ante un
“posible estallido” y el envío de la
policía a los centros donde se generaría protestas.
A comienzos de
diciembre el gobernador Centeno se reunió con el ministro del Interior en
Buenos Aires y afirmó que eran “exageradas las informaciones alarmistas
respecto a la actividad de los colonos” y quitándole toda importancia.
Para comienzos
de diciembre ya hay disidencias entre colonos y propietarios en las zonas de
Embajador Martini a Ingeniero Luiggi en términos pacíficos. En las zonas agrícolas
de Realicó y General Pico también subsisten disidencias entre agricultores,
comerciantes y propietarios. Los focos se extienden por varias colonias del
norte, no sólo en Colonia Trenel, como Dorila, Quemú y Castex.
Segunda
comisión.
Nuevamente la
comisión arbitral dirigida por Centeno y el delegado Lezana se dirigen a la
zona donde parece concentrarse “algún movimiento” para intentar “el avenimiento
de las partes” y evitar la huelga.
El 5 Centeno y
Lezana viajan en auto a Embajador Martini e Ingeniero Luiggi para intermediar.
También recorren Bernardo Larroude, Mariano Miró y Van Praet. Sin embargo, y a
pesar de su tono conciliador, el gobierno territoriano tiene la premisa de
terminar con cualquier protesta y ordena severas instrucciones al comisario de
la zona de Colonias Trenel.
Para diciembre
el tono oficial cambia con respecto a la Liga que promovió las protestas en
Colonias Trenel. “Así desaparece el foco principal de propaganda y resistencia
huelguista... La federación constituida en el territorio de La Pampa era en su
mayor parte presidida y manejada por personas ajenas en absoluto a los
intereses agrícolas, las que fomentaron el fracasado movimiento de resistencia
agraria y hacían propaganda para que los colonos no levantaran las cosechas”,
informaban los diarios oficialistas.
En tanto desde
la Jefatura de Policía también se buscará que los colonizadores informen de
posibles estallidos y se les pedirá soluciones para evitar cualquier protesta.
Para el día 8 los acuerdos parecen dar comienzo nuevamente al levantamiento del
cereal en la zona de Colonias Trenel. Lezana continuara su recorrido por las
colonias hasta mediados de diciembre y se dirigirá hacia el sur dando sus
impresiones por telegrama al Ministerio del Interior.
Los focos de
malestar continuarán en el norte, pero serán cada vez más aislados. Pero
persistían.
Continúa las
protestas.
En enero de
1913 Lezana viajó nuevamente a La Pampa cuando se tenía que levantar la mayor
parte de la cosecha triguera. Para ese mes ya se había afianzado la acción de
los chacareros en la zona centro del territorio donde se organizó mejor el
movimiento y la Liga empieza en estos puntos a negociar nuevos contratos.
Se puede notar
que la dirección de los socialistas y chacareros identificados con esta ideología
y mejor preparados doctrinariamente hizo posible que en las colonias del centro
(Uriburu) se lograra una mejor unión entre el elemento agricultor que en el
norte, donde cada seccional negoció separadamente.
Ines y Carlota,
su epicentro, era una colonia de 70.000 hectáreas sembradas, con más de 170
familias que la poblaban. Para entonces la Liga Agraria de Uriburu era de las
mejores organizadas: “La liga de colonos formada en tales puntos responde al
propósito de crear una cooperativa que les permita asegurarse mutuamente y
adquirir semillas y maquinaria agrícola en común”, indicaba la prensa.
El tema
conflictivo será la renovación de los contratos de los chacareros arrendatarios
y la posibilidad del embargo de las cosechas por deudas y desalojos. El 12 de
enero en Uriburu se llevó a cabo una asamblea de cerca de cien chacareros
contra los embargos promovidos por los comerciantes y propietarios de la zona.
Ante el
movimiento de malestar que comienza a expandirse por la zona, el 25 de enero el
juez letrado Alfredo Torres, junto al jefe de Policía, fue a Uriburu para tener
una reunión con los colonos y los propietarios. Entretanto, el diario más
vinculado con el sector comercial, el conservador La Capital pedirá desde sus
páginas “mano dura” contra la protesta “encabezada por 2 o 3 individuos de
ideas avanzadas, con el objeto de contrarrestar mandatos judiciales y toda
actitud de fuerza que pudiera tomar la policía”.
La Liga Agraria
de Uriburu que agrupaba colonos de esa zona, Anguil y Quemú negociará con la
comisión oficial y los comerciantes y propietarios llegando a un acuerdo con
mutuas concesiones. En este sentido la acción de la Liga de Uriburu fue
importante para zanjar situaciones de malestar y llegar a acuerdos entre las
partes.
Un ejemplo lo
encontramos en Anguil el 11 de febrero. Se informaba que “a raíz de un
incidente habido entre los colonos y los propietarios del campo Torillo, el
secretario de la Liga Agraria Antonio Buira, en vista de que no podía llegar a
un arreglo, propuso la creación de un tribunal arbitral, compuesto, en
representación de los colonos por el sr. Pedro Pico, y por parte de los
colonizadores, el sr. Nicolás González Luján. En dicho acuerdo se resolvió
conceder la rebaja de un peso por hectárea a los colonos del campo Torillo, y
de 6% a los del campo de la Espiga de Oro de José Drysdale. Además, tiene el
colono amplia libertad para asegurar, trillar y vender su cosecha”.
Final del
conflicto.
El cese
paulatino del conflicto se fundó en los acuerdos entre propietarios o
empresarios intermediarios y chacareros, generalmente reconociendo buena parte
de las demandas de los productores. Pero fueron acuerdos precarios, las más de
las veces convenidos verbalmente. Si bien fueron respetados en un primer
momento, la precariedad de estos hizo que después no fueran cumplidos por los
arrendadores y en consecuencia quedaron latentes las condiciones para la
reiteración de enfrentamientos.
La falta de
radicalización en la agitación y los reclamos puntuales y coyunturales
permitieron eludir cualquier reforma profunda y consolidaron los rasgos
esenciales de ese sistema agrario. La moderación de los objetivos centrados en
beneficios coyunturales fue el precio del éxito del movimiento rural.
tengo unas fotos de la reunión en Colonia Ines y la carlota como se puede hacer para agregarlas
ResponderEliminarMuy buena descripción de los acontecimientos.
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