Documentos
inéditos muestran la visión de la izquierda y la derecha del peronismo en los
años 70 sobre La Pampa. "El Descamisado", de la JP, publicó sobre
"los sectores macartistas" contra el gobernador Regazzoli, y la
ultraderecha de "El Caudillo" de la Copdrip como
"delirante" y "sinárquica".
La prensa
nacional pocas veces da cuenta sobre los hechos de la política pampeana. En la
periferia de los grandes acontecimientos, las menciones sobre la provincia y su
dirigencia son escasas. Sin embargo, cada tanto, hay alguna apreciación sobre
lo que ocurre en La Pampa. Dos revistas de carácter político publicaron en los
años 70 sobre la política en la provincia, de dirigentes como el entonces
vicegobernador Rubén Hugo Marín y de la feroz interna desatada en el peronismo.
Una fue el
semanario "El Descamisado", el órgano oficioso de Montoneros
-organización por entonces legal- y la JP Regionales. Luego la publicación
pasaría a denominarse "El Peronista" y más tarde "La Causa
peronista" por las sucesivas clausuras. La otra revista, "El
Caudillo", de la ultraderecha peronista, fue el órgano de difusión de los
grupos que integraban la Triple A. Dos documentos periodísticos inéditos y que
más allá de cualquier consideración sobre la verdad histórica, muestran la
visión política que se tenía sobre la provincia desde la esfera nacional.
"Macartistas".
La interna del
PJ pampeano se reflejó en el número 29 de "El Descamisado" del 4 de
diciembre de 1973. Por entonces, Juan Domingo Perón había asumido la
presidencia, habían asesinado al sindicalista José Rucci y el Consejo nacional
del PJ había comenzado la "depuración" de la izquierda del
movimiento.
En la madrugada
del 20 de noviembre, doce militantes de la JP platense, que pertenecían a
Montoneros, fueron detenidos en el centro de Santa Rosa por la policía. Se los
acusó de ser parte de un "grupo extremista" -en referencia al ERP que
había sido ilegalizado- y estuvieron presos hasta el día 29. Habían estado
haciendo prácticas de tiro en el oeste, en la zona de Telén.
"El Descamisado"
titulaba la nota fechada en la capital pampeana: "Salieron de la cárcel
los muchachos de Perón". En un recuadro, desde la óptica de la izquierda
revolucionaria, indicaba: "Gobernador Regazzoli: un leal y auténtico
peronista". Y precisaba abajo desde su óptica: "La detención de los
12 compañeros de la JP se encuadra, en Santa Rosa, dentro de un contexto
político similar al dado en algunas provincias: un gobernador leal, peronista,
que cuenta con el apoyo combativo del pueblo y la juventud, y un vicegobernador
(Rubén Marín) recostado en los sectores traidores y macartistas del Movimiento
Peronista".
Apretado.
"Un mes
atrás -continuaba la publicación-, el gobernador fue 'apretado'. Aunque su
natural prudencia hizo que no lo manifestara públicamente, el pueblo sabe que
los traidores al peronismo intentaron presionar a Aquiles José Regazzoli. O
como familiarmente le dicen, a don José. Disfrazándolo de 'reunión de
evaluación', los sectores traidores estructuraron una especie de 'juicio
político secreto' contra Regazzoli y, a cambio de aprobar la gestión de
gobierno realizada hasta ese momento, le intentan arrancar 'acatamiento
vertical al Consejo Nacional del Movimiento'. Es decir, a Martiarena. Pero sin
mencionar la verticalidad y lealtad a Perón, al verdadero peronismo militante
que practica Regazzoli".
"El
gobernador no se dejó atropellar y su actitud dura hizo envainar el cuchillo a
los organizadores del cónclave: el vicegobernador Rubén Hugo Marín -alto
funcionario del Departamento de Trabajo en General Pico durante toda la
dictadura (de la Revolución Argentina)- que cuenta con el apoyo de Esteban
Rolando -a quien llaman 'el tercero del CdeO' aludiendo a su estrecha relación
con Brito Lima- y de otro diputado nacional, Carlos Aragonés. A su vez, Aragones
y Rolando -los dos de General Pico- manejaban la 'pesada' del Comando de
Organización que se hizo fuerte en Pico, hasta que en recientes elecciones,
perdieron su primacía. El 'vice' Marín cuenta también con el apoyo de un sector
de la legislatura que manejan Hermes Accátoli y Roberto Gil. Este último, se
jactó públicamente de haber 'botoneado a la federal' sobre la presencia en
Santa Rosa del compañero Carlos Della Nave (uno de los detenidos)". De
hecho, Marín y Aragonés no pertenecían al CdeO sino a las filas sindicales, y
en 1974, ambos sectores, aliados hasta ese momento contra la izquierda,
quedarían enfrentados a nivel provincial.
Complot.
Completaba la
revista dando elementos para la posibilidad de un complot: "La mano es
clara: esos mismos sectores macartistas que perdieron en su intento de apretar
a Regazzoli, trataron ahora de instrumentar la detención de los doce militantes
de la JP, dejando traslucir que eran guerrilleros del ERP y que eso pasaba por
la 'mano blanda' de Regazzoli con la juventud. El intento era tan burdo que
falló por la base. Pero lo hubo y hasta provocó una confusa situación que
sorprendió por lo imprevista: la renuncia del ministro de gobierno -aunque éste
adujo motivos de salud- y el inmediato juramento de un joven abogado, Manuel
Baladrón, en su reemplazo".
"Aparentemente
la tormenta pasó. Y quizá sirva para sentar más firmes lazos todavía entre la
JP y el gobernador Regazzoli, por lo menos así se dejó traslucir en la reunión
que el jueves por la mañana tuvieron con 'don José', los doce militantes
liberados y Juan Carlos Gullo, Miguel Lizaso, Quito Baratea y otros integrantes
de la Regional I de la Juventud Peronista".
"A través
de ellos, en un evidente 'tiro por elevación', se intentaba cuestionar la
indudable jerarquía y valor de dos compañeros gobernadores, peronistas y
leales: Bidegain, por ser de la provincia de Buenos Aires todos los militantes
detenidos, y Aquiles Regazzoli, el jefe ejecutivo de La Pampa, e indiscutido
puntal de lealtad al general", comentaba el artículo.
Estos hechos,
analizaba la revista, "se enmarcan en la ola de persecuciones, secuestros,
atentados y agresiones de que somos objetos los militantes del sector leal y
revolucionario del Movimiento Peronista. Consciente o inconscientemente, todos
los funcionarios que intervinieron -policiales y judiciales-, le hicieron el
juego a los sectores representativos del continuismo, la reacción y el
imperialismo, al pretender ubicarnos en la sedición, la subversión".
A la derecha.
Debemos
trasladarnos ahora un mes después y a las antípodas ideológicas de "El
Descamisado". En el número 11 de "El Caudillo", del 25 de enero
de 1974, hay un informe sobre las pretensiones de Mendoza de derivar el caudal
de los afluentes del río Colorado, según indicaba el Plan Trienal peronista, lo
que iba en detrimento de las provincias que compartían el río aguas abajo.
Era un tiro de
elevación contra el gobernador mendocino Alberto Martínez Baca, al que se lo
vinculaba a la JP y que sería separado de su cargo en junio de 1974. La revista,
con todo su arsenal nacionalista y de derecha, hablaba de una "agresión
sinárquica" y titulaba "Si no la paran... Mendoza secará el río
Colorado". Allí comentaba que "La provincia de Buenos Aires, cómplice
del gobierno pampeano (de Regazzoli), se hace la otaria con la protesta que
encara el pueblo de las zonas afectadas". Así vinculaba a dos gobernadores
considerados "de izquierda".
"Primero
nos secaron por arribita y ahora quieren secarnos por abajo, estos mendocinos
no tiene piedad para nosotros, ¿qué pretenden? El interrogante planteado por un
paisano pampeano no tuvo respuesta", indica. Conocida la noticia del plan
mendocino, "todo estaba alterado. En las localidades cercanas al río
Colorado en sociedades de fomento, en locales de la CGT, en unidades básicas de
la JPRA y en los niveles provinciales del Movimiento Nacional Justicialista se
sucedían reuniones", apunta El Caudillo respaldando a la ortodoxia
pampeana.
Y afirmaba que
era parte de un plan de la sinarquía para "fraccionar al país" y que
"esas fuerzas "que intentan enfrentar los poderes provinciales con el
nacional trabajan en ese enfrentamiento. Para esto, los gobernadores enrolados
con las fuerzas políticas de izquierda, preparan en diversas zonas del país
conflictos y enfrentamientos".
Copdrip
sinárquica.
El Caudillo
indicaba que el desvío de aguas arriba era un boicot al pueblo y a sus obras
hidroeléctricas. Y hablaba de "los saboteadores de siempre":
"Mientras a nivel oficial las autoridades provinciales gestionan ante el
Poder Ejecutivo la justa reparación en La Pampa han florecido los infiltrados,
que siempre en tiempo de sequía aparecen. Escudados en la Comisión de Defensa
de los Ríos Interprovinciales (la Copdrip), la izquierda delirante y
retardataria pretende fomentar un conflicto movilizando universitarios para
resolver, con la crisis anárquica, el fin último del proyecto sinárquico que es
conflictuar al gobierno de Perón. Los energúmenos que intentan movilizarse
favorecen con esta acción a las pretensiones del cuestionado gobernador Martínez
Baca".
Finalmente, la
revista de ultraderecha cerraba con un "Reportaje al vicegobernador de La
Pampa", Rubén Marín, en un recuadro. El único dirigente consultado. El
segundo en el gobierno solo efectuaba consideraciones generales y afirmaba que "en
nuestra provincia estamos fuertemente unidos cuando de defender la integridad
territorial se trata".
(Publicado en La Arena)
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